¿Tienen razón al manifestarse?
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón porque, mientras atacan a los estafadores, siguen creyendo en la estafa.
Críticas centradas en las corporaciones
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón cuando centran sus críticas en las 'corporaciones' -así, en general- y no sólo eluden criticar a la mayor, más rica y más peligrosa de todas -el Estado-, sino que de hecho claman por aumentar sus poderes sobre nuestras vidas. Pero, como afirma Sheldon Richman, “Wall Street no pudo haberlo hecho solo”. Es una obviedad que nadie contrató hipotecas a punta de pistola, que Goldman Sachs no tiene tanques y que General Motors carece de policía. Por otra parte, como demuestra la crisis de deuda que vivimos, el Estado lleva décadas viviendo de prestado y prometiendo mucho más de lo que puede cumplir, hundiendo de paso la capacidad productiva de sus economías.
Paro juvenil
EN CONTRA. Los indignados, al menos en España, no tienen razón porque no piden tanto una oportunidad para crear riqueza y vivir de su trabajo como que otros paguen -sigan pagando y aun paguen más- para mantener una calidad de vida absolutamente insostenible.
Cambio del modelo capitalista
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón porque, en lugar de propuestas innovadoras y eficaces, defienden exactamente las mismas consignas que convirtieron la mitad del planeta en una inmensa cárcel durante medio siglo, las de la izquierda radical. ¿Alguno se preguntará por qué los cubanos y los norcoreanos, con una calidad de vida mucho peor y cero democracia, no se suman a las manifestaciones del sábado?
Movilización
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón porque la alternativa no es tocar los bongos en la calle o corear rimas absurdas, sino crear empresas, votar por partidos que rompan la rueda, aceptar sacrificios como adultos y admitir que la riqueza, antes de repartirla, hay que generarla. Es absurdo oír a unos jóvenes que todavía no han aportado casi nada y que disfrutan de un nivel de vida que envidiaría la humanidad de cualquier otra época gritando que las 'corporaciones' les han 'robado'. ¿Cómo podrían, qué podrían robarles?
Propuestas
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón porque la misma incoherencia cacofónica de sus mensajes hace que cualquier cambio pueda interpretarse indistintamente como un fracaso o como un éxito del movimiento.
Cambio del sistema
EN CONTRA. Los indignados no tienen razón porque un movimiento de masas sólo puede quedar en agua de borrajas o transformarse en una revolución. Y si lo primero sería patético, lo segúndo sería dramático.